Recomendaciones

Hidratación

La salud y el bienestar dependen en gran medida de mantenerse correctamente hidratado, ya que cada célula de nuestro cuerpo requiere agua.

La hidratación es esencial para las funciones más básicas de nuestro organismo, como regular la presión arterial, mantener una temperatura corporal adecuada y facilitar la digestión, por lo que también se considera es un factor fundamental en la prevención de enfermedades crónicas no transmisibles.

En cuanto al corazón, ayuda a mantener la presión arterial y el rendimiento cardíaco; en los músculos, formados en un 70% por agua, contribuye a un buen rendimiento de estos; en las células, facilita el transporte de nutrientes y la eliminación de desechos; en la piel, contribuye a su elasticidad y protección, y en la prevención del sobrecalentamiento corporal, el agua juega un papel importante como termorregulador. Por lo tanto, mantenerse adecuadamente hidratado es un hábito fundamental para nuestra salud.

A continuación, puede consultar la Guía de hidratación desarrollada por la European Food Safety Authority (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, EFSA). Se trata una herramienta de fácil uso para conocer la cantidad de agua adecuada para cada persona en base a los datos ofrecidos por la misma EFSA.

Temperatura

Además de asegurar una correcta hidratación como explicado anteriormente, el Gobierno de Canarias nos da algunos consejos más para reducir la exposición a altas temperaturas y sus consecuencias:

  • Opta por permanecer en lugares frescos, sombreados o con aire acondicionado durante la mayor parte del tiempo, y refréscate cuando sea necesario.
  • Disminuye la actividad física y evita practicar deportes al aire libre en las horas centrales del día.
  • Mantente hidratado mediante la ingesta frecuente de agua o líquidos, incluso si no sientes sed, independientemente de la actividad física realizada.
  • Evita el consumo de bebidas con cafeína, alcohol o un alto contenido de azúcar, ya que pueden contribuir a la deshidratación.
  • Presta especial atención a grupos vulnerables como bebés, niños, mujeres embarazadas o lactantes, personas mayores y aquellas con enfermedades que pueden agravarse debido al calor (como enfermedades cardíacas, renales, diabetes, hipertensión, obesidad, cáncer, condiciones que limitan la movilidad, demencia y problemas de salud mental, así como el abuso de sustancias). Es importante destacar que cualquier persona puede verse afectada por el calor.
  • Utiliza ropa ligera, holgada y que sea fácilmente transpirable.
  • Asegúrate de no dejar, especialmente a menores de edad, personas mayores o aquellas personas con enfermedades crónicas, en un vehículo estacionado y cerrado.
  • Consulta a un profesional de la salud si experimentas síntomas que persisten durante más de una hora y que pueden estar relacionados con temperaturas elevadas.
  • Consume comidas ligeras que ayuden a reponer las sales perdidas a través del sudor, como ensaladas, frutas, verduras, zumos, etc.
  • Almacena los medicamentos en un lugar fresco, ya que el calor puede alterar su composición y efectividad.

 

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